Pues si, habéis leído bien, ha habido cambios, he cambiado de puesto de trabajo, ya no estoy en la residencia, y desde mediados de octubre estoy ocupando el puesto de Directora de un Hogar de Personas Mayores, como quien dice, acabo de celebrar mi cumple-mes... Y con este nuevo trabajo, también habrá cambios en el blog, en su denominación y en su estética. Seguiré mayoreando entre mayores, pero desde otra etapa de la vida adulta, y en otro tipo de centro.
Según su Reglamento de Régimen Interior se consideran Hogares de Personas Mayores los Centros de Servicios
Sociales Especializados destinados al encuentro entre Personas Mayores, a la
realización de actividades socio-culturales y de desarrollo personal, de
comunicación, asociación y ocio; al fomento del voluntariado social, a la
potenciación de la participación y de la integración social, personal y
comunitaria, y a la prestación de servicios de carácter social y asistencial.
Mi labor este caso, como directora, es llevar la dirección, gestión y administración del Hogar. La coordinación de actividades, gestión de personal, gestión presupuestaria, planificación....etc. en definitiva, todo lo que significa dirigir un centro de estas características. Por supuesto, mi parte técnica, como trabajadora social no la voy a dejar a un lado, ya que trabajo codo con codo con la trabajadora social del hogar, planificamos, pensamos y actuamos de manera conjunta, aunque en ocasiones, las labores de dirección me hagan apartarme a un lado.
Los hogares de mayores en nuestra Comunidad Autónoma están repartidos por todo el territorio en los grandes núcleos poblacionales y constituyen el centro de referencia para muchos mayores, una vez llegada la etapa de la jubilación. Son lugares de ocio, de socialización, de realización de actividades y constituyen un buen recurso preventivo, y de detección de necesidades.
Aunque en ocasiones pueda parecer lo contrario, la jubilación ofrece muchas ventajas para las personas mayores. Tras la jubilación, las personas entran en un periodo vital libre de ataduras laborales caracterizado por la libertad de decidir en qué ocupar el tiempo. Cada vez tenemos más interiorizado el hecho de que hay que cuidarse, hacer ejercicio o alimentarse bien, y este estilo de vida hace que se llegue a la etapa de jubilación con mejor salud física y mental, lo que permite disfrutar de éste periodo de la vida en el que la obligación laboral ya no está presente. Por este motivo, la demanda de ocio y tiempo se ha modificado, y ahora se reclaman otro tipo de actividades que hace unas décadas eran inimaginables.
El tipo de actividades que se realizan son muy variadas y se pueden clasificar en actividades físicas, cognitivas, de desarrollo cultural y formación, nuevas tecnologías, culturales, voluntariado.... y dentro de esta clasificación se incluirían desde los cursos de yoga y pilates, pasando por los de risoterapia y emociones, hasta llegar a la edición digital del boletín del centro y la edición de imágenes, entre otras muchas. Las demandas son cada vez más diversas y hay que adaptarse a los nuevos usuarios.
Como podéis ver, la tradición y la modernidad junto con las nuevas tecnologías conviven en nuestros Hogares.
Añadir además, que desde hace poco se presta el servicio de promoción de autonomía personal (PAP) que atiende a personas en situación dependencia con grado I y mayores frágiles. Y que cierra el ciclo de atención en esta primera etapa de la vejez activa.
Los servicios de podología, cafetería, peluquería de señoras y caballeros, biblioteca, gimnasio... completan la cartera de servicios de nuestros centros.
Comienzo esta nueva etapa en mi vida con muchísima alegría e ilusión, esperando poder llevar a cabo nuevos proyectos e ideas, y seguir empapándome de la experiencia de estos MAYORES que nos rodean y que tanto han aportado y aportan a la sociedad.
Seguiremos trabajando con ellos y para ellos.
Buen finde.....
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