La
verdad es que no me he podido resistir a escribir una entrada sobre el 8-M, y
menos trabajando en el sector en el que estoy, con el colectivo con el que lo
hago y siendo mujer.
El jueves
pasado, 8 de Marzo, fue un día muy emocionante y lleno de alegría y de fuerza.
Desde un principio tenía muy claro que iba a hacer huelga, por convicción
personal y profesional, y además tuve la suerte de poder tomar parte activa en
la convocatoria organizada en mi pueblo, y sobre todo, de poder compartir ese
día con mis hijos, que estuvieron en primera línea conmigo.
Me
gustaría destacar dos momentos de ese día: el primero cuando iba con los peques
a la concentración y a las actividades organizadas, hubo varias señoras mayores que nos preguntaron que si estancamos de
fiesta. Al responder que estábamos de huelga, nos apoyaron y aplaudieron. Y el
segundo, fue la lectura de un texto por parte de una mujer muy mayor, ya jubilada, en el que relataba como había tenido que dejar de trabajar para cuidar de su casa, de
su familia, de los animales y del campo, sin tener ningún tipo de reconocimiento
por ello. La verdad es que fue muy emocionante cómo leyó el texto con toda la
pasión del mundo y todo lo que transmitió con sus gestos, su voz… y así lo
pensamos todas las asistentes, ya que al terminar su lectura recibió una fuerte
ovación.
La
lectura de ese texto me recordó a la vida que han tenido las mujeres residentes
de mi centro. Estamos hablando de mujeres de una media de 80 años, que han
vivido una Guerra y una posguerra, vidas llenas de trabajo y dedicación a los
demás, sin ningún tipo de reconocimiento ni de gratitud. Grandes trabajadoras, luchadoras,
cuidadoras. Una pena que muchas de ellas no puedan relatarnos sus historias de
vida, porque darían para escribir una GRAN OBRA. Lástima que en algunas de
ellas quede este pensamiento “después de
todo lo que he hecho, he acabado en una residencia”.
Por
otro lado, no nos tenemos que olvidar que trabajamos en un sector muy
feminizado. Los servicios sociales en general, y la atención a las personas
mayores en particular constituyen un campo laboral ocupado mayoritariamente por mujeres. Y esto es
reflejo de la sociedad, las mujeres son las que siguen cuidando en sus casas,
cuidan de sus hijos, cuidan de sus padres, cuidan de los enfermos…..
Sirva
esta huelga para generar semilla y seguir reivindicando los 365 días del año. Que
lo que pasó el 8 de marzo no se quede en agua
de borrajas y siga presente en nuestro quehacer diario.
¡ FELIZ 13 DE MARZO!
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