Tal y como he comentado en otras
entradas, el perfil de los residentes de nuestros centros de mayores está cambiando, y
en la actualidad, atendemos a personas mayores muy dependientes y muy deterioradas
a nivel físico y cognitivo, y además, tenemos como usuarios a las personas que
nos ingresan por la vía extraordinaria de exclusión social, que en general
suelen gozar de mejor estado de salud.
Y estos días hemos vivido la
muerte de una de estas personas, que ingresó por ésta vía extraordinaria ya que vivía
entre una pensión y el albergue municipal, y que a nivel cognitivo estaba
perfectamente, pero tenía graves y grandes problemas de salud.
Como hablar de la muerte con
alguien que se da cuenta de que se está muriendo……
La verdad es que en mi trabajo
estamos acostumbrados a que llega la hora de la muerte y la persona no se suele
dar cuenta de lo que está pasando, no es consciente de dicha situación, ya que están
muy demenciados. En cualquier caso, llegado el momento nuestro trabajo consiste
por un lado en dar un soporte sanitario para evitar el sufrimiento y que todo
se desarrolle de una manera tranquila y natural, y por otro, en dar soporte y apoyar y
acompañar a la familia en esta etapa final.
Lo difícil en este caso ha sido
enfrentarse a la muerte junto a alguien que es plenamente consciente de que se
está muriendo, y así te lo expresa. Una persona con ningún apoyo familiar, salvo
un par de visitas de su hermano, ya que en su etapa de vivir en la calle había
perdido toda la relación con su familia cercana. Con lo cual, en este momento de su vida se encuentra solo, y únicamente nos tiene al personal de la residencia.
Es duro ver cómo se está muriendo alguien, y ver que no tiene a nadie a su lado
que lo acompañe, que le explique, que le cuente…..
Al final, la situación dio un
giro inesperado y pude hablar con su familia (ex-mujer, hijos, hermano) que vinieron a acompañarlo y
despedirse, y su mirada cambió. Le sentó bien y yo creo que se quedó tranquilo.
La verdad es que mirar a la cara
y ver la mirada de alguien que se está muriendo es algo difícil. Tienes que
estar lo suficientemente fuerte para apoyarla, contarle, explicarle lo que
sucede, o simplemente estar ahí. Se supone que tenemos formación al respecto y
que podemos hacerlo, pero llegado el momento la verdad es que cuesta e
impacta. Una experiencia más de vida que
me llevo en la mochila, y que supongo no será la última.
Buen viaje M.A.
Comentarios
Publicar un comentario