Leyendo
en prensa la semana pasada la iniciativa de un ayuntamiento de una población no
muy grande (20.000 habitantes) sobre la construcción de una residencia, que
luego se cedería para gestión privada, no pude evitar pensar en la idea de “otra residencia”, una más dentro del
mapa de recursos de atención a personas mayores…. En fin, más de lo mismo. Y
enseguida me acordé de un artículo que leí hace poco sobre el cohousing ( aqui)
y hoy, en concreto, sobre la ayuda a domicilio (aqui).
Artículos que hablan sobre nuevos recursos e iniciativas de atención a personas
mayores.
La
verdad es que en nuestro país, estamos a años luz de iniciativas como el cohousing
o las viviendas tuteladas que en otros países europeos están en funcionamiento.
Por nuestra cultura, nuestra manera de entender el concepto de familia, la
influencia de la religión que hemos tenido hasta hace nada….etc. tenemos una
idea de la vejez y de los cuidados de los mayores muy diferente a otros países
cercanos (véase Francia). Inmersos en este concepto de cuidar a los mayores en
casa, en familia mientras sea posible, aunque sea a costa de la salud mental y
física de los cuidadores y de todo el entorno que los rodea, están la generación
de mis padres, por ejemplo, que en la actualidad rondan los 70 años.
Pienso
en mis padres, y en sus ideas, que se pueden extrapolar a la gente de su
generación: ya tienen asumido que acabarán en una residencia, aunque la idea no
les guste, y están ahorrando para ello. Mi madre fue cuidadora de su madre (mi
abuela) que padecía Alzheimer y que tuvo un final de vida muy difícil. Y tenía
perfectamente asumido que su papel era cuidar de los mayores enfermos y así lo
hizo. Muy a su pesar, mi abuela, murió en una residencia dos semanas después de
su ingreso.
Si
nos fijamos en el perfil de los residentes de mi centro, tenemos que con la ley de
dependencia los más enfermos y dependientes (grado III) son los que ingresan en
residencias. Y todas las iniciativas (públicas y privadas) van encaminadas a
eso, a atender a personas muy deterioradas, tanto a nivel físico como
cognitivo. Con la normativa de hace unos 15-20 años, la cosa era diferente y alguien que estaba solo en
su domicilio, en un entorno sin recursos, sin apoyo familiar, aunque fuera
válido podía ingresar en una residencia. En la actualidad no.
Frecuentemente
pasan por mi despacho personas (interesados o familiares) que vienen a
preguntar sobre qué es lo que hay que hacer para venir a esta residencia.
Personas que a nivel físico parece que están bien, aunque tengan sus
achaques, y que no tienen hijos o estos están lejos, o están cerca pero muy
ocupados y no tienen tiempo, o que no quieren ser una carga…. Personas que no
quieren dar mal y que ven que se acerca el momento de ingresar en una
residencia. Como no están en situación de dependencia y tal y como está organizado
el sistema, no tienen derecho a acceder a una residencia pública. Sólo les
queda el recurso privado, cuyo funcionamiento y organización es casi igual a las residencias
públicas, pero con un mayor coste. Y la verdad, no se ellos, pero yo no me los
imagino en una residencia tradicional. Para ellos serían necesarios otro tipo
de recursos, sobre todo hasta que su grado de autonomía y dependencia sea mayor
y necesiten una “residencia tradicional”
tal y como son en la actualidad.
Nadie
piensa en los actuales viejos válidos
o en los futuros viejos de los que se
habló en el Congreso Nacional de Gerontología de este año. Cada año vamos a
vivir más y a llegar en mejores condiciones de salud gracias a los avances
médicos. Y ¿qué pasará con estos nuevos
viejos”?
Son pocas o muy escasas las alternativas a la residencia tradicional como los apartamentos tutelados, o el couhousing, por poner algún ejemplo que implique salir del domicilio. Y como he comentado antes, estamos a años luz de estas iniciativas. Y de esta del Gobierno holandés, ya ni os cuento: “Hogewey: un pueblo diseñado para personas con demencia y Alzheimer” Echadle un vistazo aqui
Y en
cuanto a los recursos para quedarse en casa mientras sea posible, como los Centros de Día complementados con otros servicios como por ejemplo la ayuda
a domicilio, teleasistencia y otros medios tecnológicos, como la telemedicina, los roomies en Países Bajos ( que se podría corresponder con el
Programa “Vivir y Compartir” de la Universidad de
Zaragoza (aqui)), a mi parecer habría que darles una vuelta de
tuerca. Por eso he puesto el enlace de una empresa de Ayuda a Domicilio, por el
eslogan con el que han hecho su publicidad y por cómo ellos venden sus
servicios, entre otras cuestiones haciendo hincapié en que sus profesionales
están bien remunerados.
En
ésta entrada he evitado hablar del aspecto económico relacionado con todos
estos recursos y que no hay que obviar.
Lo he dejado al margen a propósito, ya que aquí hay otras muchas cuestiones
de las que se podría tratar (herencias, legados, hipoteca inversa….) y que
darían lugar a una nueva entrada.
Os
dejo el enlace del vídeo de los roomies en Países Bajos. aqui
Buen comienzo de semana!!
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