Dentro de la organización y funcionamiento de un centro residencial de
personas mayores y de los servicios que se ofrecen, el tema de las actividades
de ocio y tiempo libre es de gran relevancia. Los residentes disponen de mucho
tiempo libre, y hay que ocuparlo para que su estancia en la residencia sea lo
más llevadera posible. De esta manera, se consigue que estén entretenidos, y
por supuesto, como objetivo a largo plazo, prevenir el deterioro cognitivo.
No hay que confundir las actividades de tiempo libre con la terapia
ocupacional, ya que ésta, como su propio nombre indica, tiene un objetivo
terapéutico, rehabilitador y preventivo. Requiere una valoración previa de las
dificultades y/o deficiencias en la salud, para buscar la mejor estimulación
posible, y la consiguiente adaptación al medio.
Las actividades de tiempo libre también son también preventivas, pero su
objetivo principal es recreativo y el perfil de las personas que en ellas
participa es diferente. Son voluntarias, y van dirigidas a personas que todavía
están bien a nivel cognitivo, y que pueden decidir si participar o no.
Desde el área social se pueden y deben organizar y planificar distintas
actividades, como por ejemplo actuaciones en días señalados (semana santa, navidad,
fiestas locales….etc) pero también durante el resto del año, contando con la
actuación de grupos y asociaciones locales (juveniles, infantiles, de mayores…)
La llegada de personas externas al centro, y sobre todo de niños, supone
un toque de alegría para los residentes, una ruptura de la rutina diaria. Se aprecia en ellos un brillo y una viveza en sus
ojos fuera de lo normal, y ya, si se dejan “achuchar” para que contarte.
En la actualidad, debido a la limitación presupuestaria y recortes que estamos sufriendo, nos tenemos que
conformar con actuaciones de manera voluntaria, y la verdad, es que tenemos la
suerte de contar con grupos que de manera altruista vienen a pasar una tarde,
un “ratito” cualquiera , a la residencia, con la única recompensa de la cara de
contento y alegría que los abuelos ponen, de los bailes que se pegan o las
jotas que acaban cantando y el piscolabis al que luego se les invita como
agradecimiento.
En el día a día, y como no disponemos de la figura de animador
sociocultural, y/o monitor de tiempo libre que dinamice a los residente, las
actividades de tiempo libre se basan en pequeños trabajos de manualidades y
pinturas, que a las abueletas les
encanta, y el bingo, que tiene un éxito total entre hombres y mujeres. Las
mujeres son las encargadas de hacer murales y dibujos de decoración con
motivos, primaverales, de carnaval…etc que luego se ponen por la residencia.
El perfil de residentes que participa en este tipo de actividades más
manuales son sobre todo mujeres, los hombre dicen que esto "no va con ellos", "que ya han trabajado bastante en su vida", y
los pocos hombres medianamente válidos que tenemos, prefieren ocupar su tiempo
en otros menesteres, y no en realizar manualidades.
Hace un año más o menos, se
organizó en el centro un campeonato de parchis y otro de guiñote. Si ahora quisiéramos
organizar uno, no tendríamos residentes que tengan suficientes capacidades para
poder participar y no se podría realizar. Es una de las características del colectivo
de mayores: el deterioro y dependencia aumenta conforme se incrementan los años. La verdad es que, en la actualidad, las residencias se están convirtiendo cada vez
más en recursos para personas muy dependientes, y las personas
medianamente válidas que pueden participar en este tipo de actividades son cada
vez menos. A día de hoy, el perfil de dependencia de nuestros usuarios requiere más de la
figura de un terapeuta ocupacional, del que nosotros carecemos, para evitar y/o
retrasar el deterioro funcional de sus capacidades, y no tanto del dinamizador de tiempo libre.
Nosotros, disponemos de esta figura dinamizadora, que por demanda y facultades de los residentes se ha estancado en los dos tipos de actividades que he comentado: manuales y bingo, pero en un futuro próximo esta figura supongo que desaparecerá, ya que como he comentado antes, gracias a la Ley de Dependencia, el perfil de residentes que ingresan en nuestro centro, es cada vez más dependiente y, por lo tanto, no pueden participar en este tipo de actividades de ocio y tiempo libre.
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