Últimamente estoy leyendo artículos que tratan sobre el tema de
dependencia, vejez… y en muchos de ellos, comienzan hablando sobre el perfil de
los ancianos: mujer, escasos recursos…etc. Así que me he dicho, voy a recoger datos sobre el perfil de los residentes
de mi centro a ver qué sale…..
En la residencia disponemos de 103 plazas de estancia permanente y 3 de
estancia temporal. En la actualidad, la
vía de acceso es la Ley
de dependencia, es decir, que solamente se puede entrar a través del PIA (Plan
Individual de Atención) realizado por las Trabajadoras Sociales de los
Servicios Sociales Generales de Ayuntamientos y Comarcas. Hay dos vías
excepcionales de ingreso sin dependencia según la Orden
de 21 de mayo de 2010: los casos de
violencia de género, mujeres de más de 65 años y los casos de exclusión social, en los que uno de sus requisitos
es no tener la valoración de dependencia resuelta y tener más de 60 años. El resto de ingresos, como mínimo tienen que
tener un grado II de dependencia, aunque la mayoría de residentes e ingresos
tienen un grado III, es decir, son grandes dependientes.
De esta manera, tenemos que de los 103 residentes, tres ingresaron por la
vía de exclusión social que permite la citada Orden (dos hombres y una mujer), y
en la actualidad, no hay ninguna mujer que haya ingresado por la vía de
violencia de género.
Por lo que respecta al grado de
dependencia, el 68, 9% (71 residentes) tienen un valoración de grado 3 de
dependencia, 19 residentes (18,4%)
tienen valoración de grado 2, y del resto, seis residentes tienen grado 1 y
otros seis no tienen grado de dependencia, bien porque ingresaron como acompañantes
de un residente dependiente, en el caso de matrimonios, o bien porque
ingresaron con la anterior normativa, que permitía que personas totalmente
validas accedieran a plazas de residencia públicas.
En cuanto al tema de edad, la
edad media en el centro a fecha de 31 de diciembre de 2014, es de 84,42
años, teniendo la persona de más edad 105 años. Si!! He dicho bien, 105,
una mujer de un pueblecito del prepirinieo oscense, que tanto a nivel cognitivo
como físico está muy bien, necesitando apoyo y atención para alguna tarea, qué menos con 105 años!!! La más joven es una mujer de 64 años, una
señora valorada con grado III, muy dependiente para las ABVD, con un gran
deterioro cognitivo y que va en silla de ruedas. Ironías de la vida, verdad?
La mayoría de los residentes, unos 78 (casi las tres cuartas partes) se
encuentran en la franja de edad de los 80 a los 100, como he dicho
antes, la edad media ronda casi los 85 años.
En cuanto al sexo, hay una
gran mayoría de mujeres, el 64,42% y el 35,58% son hombres. Este dato concuerda
con las estadísticas que hablan de feminización de la vejez, mayor esperanza de
vida de las mujeres…etc. Esta “feminización” es también algo cultural, ya que
es más fácil que un hombre dependiente sea atendido en casa por su pareja que
al revés. De hecho, hay varios casos en el centro, en los que la persona
dependiente es la esposa, que está ingresada en la residencia y el hombre es
válido, y permanece en su casa viviendo. La mujer es la que tradicionalmente ha proporcionado los cuidados de quien lo
necesitaba, cuidaba de la casa, de los mayores, de los pequeños y en ella
recaía el peso de todas las atenciones personales de los miembros de la
familia.
Otro dato curioso, son las fechas
de ingreso: la fecha más antigua es del año 1961, ya que este centro estuvo
dirigido y gestionado por monjas. Posteriormente, pasó a depender de la Diputación Provincial
hasta que, con el reparto de competencias en materia de servicios sociales, la
titularidad pasó a ser del Gobierno de Aragón. Así que hay varios residentes
que anteriormente estuvieron institucionalizados en el Hospital psiquiátrico
provincial desde muy jóvenes, y que de aquí pasaron a la residencia. El último
ingreso del año 2014 fue en noviembre. A destacar en este aspecto es que hay
residentes que viven en este centro desde hace más de 50 años. Toda una vida.....
A nivel de estadísticas, también
interesa saber datos sobre la incapacitación,
que trataré con más detalle en otra entrada. Cuando a nivel cognitivo hay un cierto deterioro y la
persona no es capaz de tomar decisiones por si misma, lo más adecuado es
iniciar un procedimiento de incapacitación judicial. En este caso, de los 103
residentes, 19 están incapacitados, siendo su representante legal el marido o
esposa, hij@, sobrin@ o la Comisión
de Tutela y Defensa Judicial de Adultos del Gobierno de Aragón. Tenemos otros 7
residentes que están en trámite de
incapacitación, ya que es un proceso largo en el tiempo, y desde que se inicia
hasta que hay sentencia final suele pasar más de un año, algo que desespera
mucho, sobre todo a las familias o a los profesionales, cuando hay
conflictividad familiar, en temas económicos principalmente.
En cuanto al lugar de procedencia, la mayoría provienen de
núcleos rurales, sobre todo, los que ingresaron hace más de 10 años con la
anterior normativa del año 2002,
a través de la cual entraron en la residencias públicas y
en ésta en concreto, muchos
hombres/mujeres sin hijos, viudos, sin recursos económicos, que vivían en
pueblos donde la vivienda no reunía buenas condiciones de habitabilidad, y que
eran perfectamente válidos. Por provincias, la mayoría son de Huesca, solo hay cuatro
residentes que proceden de la provincia de Zaragoza.
En lo que
concierne al tema
económico, la mayoría de los recursos económicos de los residentes proceden de pensiones
de jubilación y/o viudedad. De ellos, 13 personas (12,38%) tienen una Pensión No
Contributiva de Jubilación, dos hombres, además de su pensión española, una
pensión complementaria del extranjero (Francia y Brasil), y una de ellas, una
pensión de alimentos derivada de una separación. En cuanto al co-pago, está en función
de sus ingresos y varía según la normativa vigente en cada momento:
de esta forma, tenemos residentes que pagan como cuota de residencia el 75% de sus ingresos porque proceden del
IMSERSO, y otros del 80% porque se rigen por la Orden del año 2002. En la
actualidad, el tema del co-pago en centros residenciales lo regula la Orden del 24 de julio de
2013, según la cual no solamente se tienen en cuenta los ingresos de la
persona, si no también un porcentaje de su patrimonio (tierras, vivienda....), y el abanico es tan
amplio, que hay residentes que no pagan nada por el servicio de atención
residencial y otros que pagan el 90% del valor del coste-plaza establecido en
la normativa anual.
Y ya por último, relacionado con el
tema de la red de apoyo familiar, la
mayoría de los residentes tiene familia (hij@s, niet@s, herman@s, sobrin@s) que de
alguna manera se hacen cargo de sus gestiones, acompañamientos, visitas…etc.
Solo en el caso de las personas que ingresaron por la vía de exclusión social
y en algunos tutelados por el IASS, nos encontramos con que no hay familia de
referencia, o si la hay, existe conflictividad, por lo que somos nosotros, como
residencia y guardadores de hecho, los que nos tenemos que hacer cargo de gestionar
sus asuntos en todas las áreas. En concreto, sólo un 13% de los residentes no
tienen familia con la que poder contactar en caso de que pase algo, o haya algún tema que comunicar.
Con todos estos datos, se puede
hacer un perfil, grosso modo, del residente en un Centro de personas mayores
público, que en este caso sería el de una mujer de unos 80 años, con gran
dependencia (grado III) y apoyo familiar de referencia, y coyos ingresos económicos derivan de una pensión A destacar y en consonancia con las estadísticas sobre personas mayores que se publican tenemos el tema del sexo, mayoritariamente femenino
y la edad.
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