Hace unos días, asistí a la VI Jornada Profesional del programa Cuidarte, donde pudimos compartir y
conocer experiencias llevadas a cabo durante el último año por otras compañeras
en torno a este programa.
La verdad es que acudir año tras año a estas jornadas es un revulsivo
para nuestro trabajo diario, y así lo expresamos muchas de nosotras en los corrillos del café.
Siempre nos quejamos de que no tenemos tiempo suficiente, de que tenemos
mucho trabajo y que no podemos poner en marcha nuevos proyectos por falta de
tiempo. Trabajamos con personas y a veces es difícil programar todo con
“exactitud”. Yo por ejemplo, puedo tener organizada mi jornada en lo que respecta a
llamadas que tengo que realizar, citas o entrevistas planificadas con antelación,
reuniones, nuevos ingresos…etc, pero nunca se cuantos residentes van a pasar
por mi despacho o cuantos familiares van a venir a preguntar o demandar alguna
cosa, o cuantas personas externas van a venir a pedir información sobre el trámite
que hay que hacer para ingresar en la residencia o en el centro de día o sobre
como funciona el trámite de valoración de la dependencia. Y por supuesto, no
puedes prever si esa demanda va a ser muy concreta y se puede resolver en poco
tiempo, o será un problema más complejo, como por ejemplo un conflicto entre
residentes, que requiere mucha más dedicación y atención.
Nuestro día a día es una incertidumbre total. Y dentro de nuestro trabajo
hay que buscar un hueco para el Cuidarte. Un programa que, personalmente, a mi
me encanta, pero al que todavía, por distintos motivos, no he podido
encontrarle un espacio en mi quehacer diario.
Y este año, en estas jornadas se me ha
hecho la luz, ya que he tenido la oportunidad de conocer experiencias de trabajo de otras compañeras que están en residencias y que tienen una realidad muy parecida a la de mi centro, y que en
sí, no han puesto en marcha el programa Cuidarte, si no que han llevado a cabo
prácticas grupales con residentes en las que han trabajado distintos temas,
y cuyo objetivo era mejorar y promover el bienestar de los residentes en distintas áreas
(cognitiva, afectiva, ocio y tiempo libre…).
Esta ha sido una de las conclusiones de la Jornada, la posibilidad de
adaptar el trabajo grupal a la realidad de cada centro, ya que no es lo mismo
un centro de día, un hogar o residencia de personas mayores o un centro o
asociación de discapacitados. Y este reto depende de la imaginación y de los recursos que tenemos. Hay que adaptarse
a los residentes que tenemos, a sus demandas, a nuestras instalaciones, a los compañeros
y directores, a los recortes presupuestarios…etc.
Así que habrá que ponerse manos a
la obra y con esta inyección de positividad en el cuerpo comenzar a
trabajar para seguir incorporando experiencias a este programa.
Buen día a tod@s!!!!
Comentarios
Publicar un comentario