Con esta frase se ha dirigido a mi una residente cuando me ha visto pasar por el pasillo con faldas (un día que me pongo faldas, que siempre voy con pantalones…jaja). Así que aprovecho mi entrada para reflexionar sobre estas pequeñas cosas del día a día que hacen que adore mi trabajo, y que se me ponga una sonrisa de oreja a oreja. Cuando elegí venir a la residencia, mis antiguos compañeros de trabajo, amigos…etc me miraban con una cara de extrañeza, como diciendo”¿ te vas a ir a trabajar con abuelos ?” en sentido casi despectivo y con cara de sorpresa, y entre líneas se podía leer: “ pudiendo elegir otro destino mejor, más tranquilo, más cómodo, más agradable …..” La verdad es que antes de venir aquí, ya había trabajado en otras residencias (públicas y privadas) y a lo largo de mi vida, tanto a nivel profesional como familiar, he tenido mucho trato con personas mayores, y, la verdad, es un colectivo con el que me encanta trabajar. Hay que reconocer que en algunas ocasi...
trabajando por una vejez activa y saludable