La verdad es que no me he podido resistir a escribir una entrada sobre el 8-M, y menos trabajando en el sector en el que estoy, con el colectivo con el que lo hago y siendo mujer. El jueves pasado, 8 de Marzo, fue un día muy emocionante y lleno de alegría y de fuerza. Desde un principio tenía muy claro que iba a hacer huelga, por convicción personal y profesional, y además tuve la suerte de poder tomar parte activa en la convocatoria organizada en mi pueblo, y sobre todo, de poder compartir ese día con mis hijos, que estuvieron en primera línea conmigo. Me gustaría destacar dos momentos de ese día: el primero cuando iba con los peques a la concentración y a las actividades organizadas, hubo varias señoras mayores que nos preguntaron que si estancamos de fiesta. Al responder que estábamos de huelga, nos apoyaron y aplaudieron. Y el segundo, fue la lectura de un texto por parte de una mujer muy mayor, ya jubilada, en el que relataba como había tenido que dejar de t...
trabajando por una vejez activa y saludable